El Mago Freddy Varó celebra el Día de la Salud Mental con Magia Solidaria en Valladolid
Celebrando el Día de la Salud Mental con Magia Solidaria
Hoy, 10 de octubre, coincidiendo con el Día Mundial de la Salud Mental, quiero compartir una noticia muy especial. Este curso retomo mis talleres de magia en la sección de psiquiatría infantojuvenil del Hospital Clínico Universitario de Valladolid.
Durante todo el año, los niños y adolescentes ingresados en esta unidad podrán participar en sesiones de magia adaptadas. No se trata solo de entretenimiento. La magia en estos contextos es una herramienta de apoyo emocional, comunicación y autoestima.
Cuando un niño aprende un juego de magia y logra sorprender a su entorno, algo profundo ocurre: aumenta su confianza, se siente admirado y valorado.
29 Años de Magia con Sentido
La magia solidaria forma parte de mi identidad desde que empecé en esta profesión. A lo largo de mis 29 años de carrera, he actuado en cientos de escenarios, pero también en hospitales, centros sociales, escuelas especiales y muchos espacios donde la magia cumple una función social.
Junto a la Fundación Abracadabra, conseguimos el Récord Guinness al taller de magia solidaria más grande del mundo. Además, fui el primer mago en actuar para personas sordociegas, una experiencia que me enseñó a comunicar con el alma, no solo con palabras.
Este tipo de proyectos me recuerdan que el verdadero propósito del arte no es solo emocionar, sino también acompañar y transformar.
La Magia como Herramienta Terapéutica
Volver al Clínico de Valladolid, y en concreto a la unidad de salud mental infantojuvenil, supone seguir creyendo en el poder de la magia como herramienta terapéutica.
No curamos enfermedades, pero sí podemos hacer el camino más amable. Creamos momentos de ilusión. Ofrecemos una pausa a la rutina hospitalaria. Y, sobre todo, sembramos una emoción: la de volver a creer en lo imposible.
Porque eso es, al fin y al cabo, lo que da sentido a esta profesión: ver cómo, en un instante, la magia se convierte en luz.
Un mágico saludo, Freddy Varó.
